Además de los doce apóstoles Nuestro Señor Jesucristo también designó a otros setenta y dos discípulos con un encargo concreto: “anunciar que el Reino de Dios está cerca”. Esto es maravilloso. Jesús no les dijo vayan y digan a la gente que ya viene el castigo divino. No. El primer anuncio es que el Reino de Dios está cerca y ese reino es de paz, no de amenazas, temor o castigo. Todos necesitamos este mensaje en nuestro corazón: Dios no viene a castigarnos por nuestros pecados sino a darnos paz porque Dios es Amor y Misericordia.
A veces la Iglesia no es bien comprendida. No nos sorprendamos porque Jesús nos dijo que nos envía como “ovejas en medio de lobos”. Estos no quieren que se escuche la voz de Cristo y por eso confunden a los demás. Cuando la Iglesia enseña la verdad de Cristo es para nuestro bien, para que tengamos paz. Así, por ejemplo, defender el matrimonio como unión entre un solo varón y una sola mujer no es homofobia. Dios nos enseña la verdad del matrimonio para que tengamos paz. “El día del orgullo gay”, (aquí) tristemente defendido por algunas autoridades electas de nuestra nación, es un engaño que pone a la “ideología de género” como valor en desprecio de la Doctrina Católica sobre el matrimonio natural.
Todos estamos llamados a “anunciar” la llegada del Reino de Dios. Y no temamos porque el poder del cristiano no está en el dinero ni en la violencia sino en la fuerza del amor manifestado en la Cruz.
P. José y P. Carlos.
